“Estamos convencidos de que la realidad virtual (RV) va a suponer uno de los cambios más importantes en la sociedad del futuro más próximo, y ahora ya vemos sobre todo su potencial comercial en el mundo de los videojuegos”, afirma Chen Yu, una de las representantes de Intel, que coopera con diferentes empresas chinas en la creación de un ecosistema que hace las delicias de los apasionados de los juegos. No en vano, cuando se ponen las gafas de realidad virtual y cogen los mandos con los que se sumergen en este nuevo mundo de videojuego, las sensaciones se amontonan. “Es un gran salto, porque ya no es como mirar una pantalla. Ahora la inmersión es total”, comenta una joven que acaba de probar el sistema, todavía un poco desorientada “y con el corazón a mil pulsaciones”.
¿Y qué amante de los videojuegos de guerra no ha soñado alguna vez con poder desplazarse libremente con su arma por el mundo virtual que más le gusta? Pues el gigante del comercio electrónico chino, JD.com, ya comercializa una ametralladora a la que se le acopla una tableta en la mira para que el usuario pueda disparar a placer mientras se mueve -en la realidad física y en la virtual- por el escenario de multitud de juegos para dispositivos móviles. “Ha sido desarrollada por nuestro departamento de innovación y funciona tanto con tabletas como con móviles, aunque, lógicamente, las primeras son más adecuadas por el tamaño de su pantalla. En el futuro también se podrá utilizar en RV”, explica el responsable del pabellón de la marca.
Si eso sucede, los seres de carne y hueso siempre podrán entretenerse con la curiosa impresora 3D artística Polyes Q1, una empresa china que utiliza resinas de colores como tinta para que los usuarios creen diferentes esculturas. “El nuevo mundo de las impresoras tridimensionales abre un impresionante abanico de posibilidades que no están únicamente ligadas al uso profesional. También se pueden desarrollar aparatos muy interesantes para el sector del ocio”, apunta Li Xiaolu, responsable de ventas de la marca. “Y gracias al crecimiento económico, China puede tomar la delantera en las nuevas tecnologías que van a marcar el mundo del siglo XXI”, apostilla.
Las nuevas tecnologías también van a cambiar radicalmente la forma en la que los seres humanos van de un lugar a otro en automóvil. Los coches autotripulados serán una realidad en poco tiempo, y no hay marca que les dé la espalda. En CES tanto BMW como Volvo -propiedad de la china Geely- han mostrado sus principales avances al respecto. La marca sueca pondrá pronto en marcha por China cien de estos vehículos. “Hoy en día en ciudades como Shanghái hay siempre atascos y se pierde mucho tiempo, así que si puedes dejar la conducción al coche y aprovechar ese tiempo en cosas más importantes, será muy beneficioso”, comentó Henrik Jarlebratt, director de Marketing de Volvo, a la agencia EFE.
Aunque la mayoría de los aparatos del CES provocan una constante sucesión de sorpresas, también hay espacio para tecnologías que parecían muertas. Es el caso de las gafas inteligentes que desarrolló Google, y que no terminaron de cuajar. Alto Tech, sin embargo, cree que hay mercado para ellas y ha presentado la Cool Glass One, cuyo funcionamiento sigue siendo muy similar al de las Google Glass. No obstante, quienes hacen cola para probarlas no acaban muy convencidos de su valía. “Es complicado acostumbrarse a mirar una pantalla tan pequeña que está tan cerca del ojo”, comenta una visitante. “Temo que me vaya a provocar problemas en la vista”, añade otro que descarta adquirirlas aunque su precio es de 2.999 yuanes (410 euros). “Pero también considero que en tecnología hay que arriesgarse a fracasar. Porque solo así se avanza”, remata.